La literatura es un espacio donde el lector genera una complicidad única, que como bien lo decía la escritora argentina Luisa Valenzuela, es un refugio de intimidad donde no tienen cabida las redes sociales. Por eso creo que, en esta época, la literatura también es un refugio del ruido externo ante la saturación de información que vivimos por la pandemia del Covid-19.
Para quienes debemos cumplir con un aislamiento obligatorio o quienes hemos optado por aislarnos para no contribuir a la expansión del nuevo virus, debemos asumir que nuestras rutinas han cambiado y que contaremos con mayor tiempo ante la desaceleración de las actividades económicas y las horas que hemos ahorrado en traslados a nuestros centros de trabajo.
En este sentido, una de las recomendaciones es reorganizar nuestras rutinas y asignar un número de horas a nuestras actividades laborales, otros a informarnos, un tiempo a estirar el cuerpo, alimentarnos correctamente y, por supuesto, también al ocio recreativo.
Y en este sentido, varias editoriales han abierto sus catálogos para que los lectores puedan descargar libros electrónicos sin costo alguno. Tal es el caso de Anagrama, una de las editoriales más emblemáticas de la industria en el mercado hispano.
Fundada por Jorge Herralde, sus primeras publicaciones comenzaron a circular entre los lectores en abril de 1969. Con un catálogo de 4 mil títulos, Anagrama se ha caracterizado a lo largo de estos 50 años por publicar a las nuevas voces, tanto en narrativa como en el ensayo, que serán los clásicos del futuro.
Como parte de la campaña #YoMeQuedoEnCasaLeyendo, Anagrama ofrece la posibilidad de descargar cinco novelas de su catálogo de manera gratuita. Los libros que los lectores podrán leer son:
Un buen detective no se casa jamás de Marta Sanz
Los años felices de Gonzalo Torné
Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enríquez
Mis documentos de Alejandra Zambra
Fiesta en la madriguera de Juan Pablo Villalobos
Yo ya terminé de leer Fiesta en la madriguera, publicada en 2010, del escritor mexicano Juan Pablo Villalobos, quien reside en Barcelona desde 2003. Esta es la historia de Tochtli, a quien le gustan los sombreros, los diccionarios, los samuráis, las guillotinas y la cultura francesa. Pero Tochtli es un niño y ahora lo que quiere es un nuevo animal para su zoológico privado: un hipopótamo enano de Liberia. Su padre, Yolcaut, un narcotraficante en la cúspide del poder, está dispuesto a cumplir todos sus caprichos. No importa que se trate de un animal exótico en peligro de extinción. Porque Yolcaut siempre puede. Tochtli vive en un palacio. Una madriguera recubierta de oro en la que convive con trece o quizá catorce personas: matones, meretrices, dealers, sirvientes y algún político corrupto.
En este contexto, Juan Pablo Villalobos crea un universo singular de gran potencia narrativa para ir más allá de la mal llamada narco literatura y presentar, a través de la malsana inocencia del hijo de un capo del narcotráfico, un viaje casi onírico dónde cualquier excentricidad es solo un reflejo del México que hemos heredado.
Si no han leído esta novela corta, mezcla entre los relatos iniciáticos y el road narrative, llena de simbolismos, es la recomendación de esta semana. Como bien lo señala el Sunday Times: “El efecto paródico acumulativo de esta novela es escalofriantemente poderoso”.