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viernes, 26 de agosto de 2022

La Armada Invencible de Antonio Ortuño

 


Antonio Ortuño, uno de los más reconocidos narradores iberoamericanos de su generación, nos entrega una novela entrañable sobre la adultez, el fracaso y la amistad, escrita con la combinación exacta de ironía, nostalgia y reflexión.

Como si lo viera: Barry Dávila cruzaba los atestados pasillos de Horizontes, el centro comercial más altanero en todo  Zapopan,  y  al  caminar  era  un  barco  que  partía  en dos el agua. Hombros echados pa’trás, botas vaqueras que resonaban igual que los cascos de un caballo contra el vitropiso, clop, clop, clop, y una chaqueta de cuero, cor-tita y con herrajes, según las tradiciones: vieja, manchada en los puños y descascarada en las arrugas. Y, claro, unos Ray Ban de piloto aviador calados a la nariz para taparse la  carota  de  ídolo  de  barro.  Barry  se  machacaba  en  el  gym, y a sus cuarenta y cinco años parecía de veintipocos si no mirabas con atención, pero aun así sabía que era feo.

Barry Dávila, un cuarentón que viste como metalero de los años ochenta, tiene un plan: reunir a La Armada Invencible, el grupo de heavy y thrash con el que pudo haber triunfado si las peleas internas y una sociedad sorda ante la crudeza de su música no le hubieran cerrado el camino. Más de veinte años después de la disolución de la banda, Barry busca a sus viejos amigos, achacosos y frustrados, para tocar juntos otra vez y reivindicar ese pasado inconcluso.

Irreverente y muy rockera, La Armada Invencible toca la alrevesada biografía de una hermandad de músicos, jóvenes promesas que nunca se cumplieron y que, ahora, padecen el peso de las decisiones que los llevaron a una vida rutinaria y con olor a derrota.




Antonio Ortuño
(Zapopan, 1976) es autor de las novelas El buscador de cabezas (2006), Recursos humanos (2007), Ánima (2011), La fila india (2013) y Méjico (2015), así como de los libros de relatos El jardín japonés (2007), La Señora Rojo (2010), Agua corriente (2016) y La vaga ambición (2017), además de las novelas juveniles El rastro (2016) y El ojo de vidrio (2018). Ha sido reconocido con el Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero (2017) y el Premio Bellas Artes de Cuento Hispanoamericano Nellie Campobello (2018) y sus obras se han traducido a media docena de idiomas. Diversos medios en México, América del Sur, España y Alemania han seleccionado sus novelas como libros del año. Es colaborador habitual del periódico El País.

viernes, 12 de agosto de 2022

El peligro de estar cuerda de Rosa Montero

Una apasionante reflexión sobre la creatividad a través de la historia de la literatura, la ciencia, las memorias propias y ajenas… y la ficción.

Partiendo de su experiencia personal y de la lectura de numerosos libros de psicología, neurociencia, literatura y memorias de grandes autores de distintas disciplinas creativas, Rosa Montero nos ofrece un estudio apasionante sobre los vínculos entre la creatividad y la inestabilidad mental. Y lo hace compartiendo con el lector numerosas curiosidades asombrosas sobre cómo funciona nuestro cerebro al crear, desmenuzando todos los aspectos que influyen en la creatividad, y montándolos ante los ojos del lector mientras escribe, como un detective dispuesto a resolver las piezas dispersas de una investigación.

Ensayo y ficción se dan la mano en esta exploración sobre los vínculos entre la creatividad y la locura, y así el lector asistirá en directo al mismo proceso de la creación, descubrirá la teoría de "la tormenta perfecta", esto es, que en el estallido creativo confluyen una serie de factores irrepetibles, químicos y situacionales, y compartirá la experiencia personal de cómo Rosa Montero vivió en directo, y durante años, muy cerca de la locura.

El peligro de estar cuerda habla de que "las hadas" nos dan un don, y nos hacen pagar un precio por él; los normales no pagamos ese duro precio, pero corremos el riesgo de morir de tedio, en lugar de morir de amor. «Como en todo, la clave está en el equilibrio entre el porcentaje de desapego y el de sentimiento, en lograr cierta armonía entre el yo que sufre y el yo que controla», dice la propia autora.




La vida es una constante reescritura del ayer. Una deconstrucción de la niñez.Una de las cosas buenas que fui descubriendo con los años es que ser raro no es nada raro, contra lo que la palabra parece indicar. De hecho, lo verdaderamente raro es ser normal. Una investigación del Departamento de Psicología de la Universidad de Yale (Estados Unidos), publicada en 2018, afirma algo que a poco que se piense es una obviedad: que la normalidad no existe. Porque el concepto de lo normal es una construcción estadística que se deriva de lo más frecuente. En primer lugar, que un  rasgo  sea  menos  frecuente  no  implica  una  anormalidad patológica, como, por ejemplo, ser zurdo (solo hay entre un 10 y un 17 % de zurdos en el mundo); pero es que, además, como el modelo ideal de individuo normal está confeccionado con la media estadística de una pluralidad de registros, no debe de haber ni una sola persona en el planeta que atine un pleno en el conjunto de valores. Todos guardamos en el fondo de nuestro corazón alguna divergencia. Todos somos rarunos, aunque, eso sí, algunos más que otros.

Desde Paris, Yosano Akiko

París, Londres, Viena, Berlín… un viaje fascinante por la Vieja Europa de 1912 a través de los ojos apasionados de una poeta en busca del am...