Con especial gratitud
al doctor Julio Alexis Evaristo, del Instituto Salvador Zubirán.
Uno de los episodios que aún no terminamos de entender es lo ocurrido
durante la Segunda Guerra Mundial, el poderío nazi y el exterminio judío. Sigue
siendo, para muchas generaciones, una historia fragmentada que, a la vez se
necesita conocer para no volver a repetir.
En este sentido, hace dos años, conocí el libro que
había escrito la periodista, profesora de escuela y activista norteamericana, hija
de inmigrantes lituanos, Silvia Foti. Ante el lecho de muerte de su madre, Foti
se compromete a culminar la biografía de Jonas Noreika, conocido como el
general Storm. Fue el funcionario lituano militar de más alto rango en dos
condados durante el Holocausto. Su abuelo encabezó un levantamiento contra los
comunistas y recuperó el país de Lituania, antes de verlo arrebatado por los
alemanes.
Sin embargo, las investigaciones de la periodista
radicada en Chicago, darían un giro inesperado al descubrir algo que la historia
oficial había decidido ocultar.
Silvia Foti y su hermano, llevaron los restos de su
madre a Lituania, como ella lo había solicitado. Quedaron sorprendidos ante el
efusivo recibimiento de las autoridades locales ya que una escuela primaria
llevaba el nombre de su abuelo. Al preguntarle al director por qué habían
decidido honrar al Jonas Noreika de esa manera, les confesó que, aunque al
principio encontró un poco de resistencia porque fue acusado por algunos
historiadores de ser un asesino de judíos, recibió el respaldo de la comunidad
y ahora todo estaba en orden.
Como nacionalista, Jonas Noreika trabajó
voluntariamente con los nazis desde 1941 hasta 1943 y participó en la limpieza
étnica de los judíos de Lituania. En marzo de 1943, hizo un cambio radical y
finalmente se enfrentó a los nazis porque los lituanos se veían obligados a
unirse a las SS. Por eso los nazis lo enviaron al campo de concentración de
Stutthof. En seis semanas, sin embargo, Heinrich Himmler designó a su abuelo
como un prisionero honrado, dándole privilegios especiales, una verdadera
rareza en la vida del campo de concentración nazi. Quizás Himmler respetó el
papel que desempeñó en la limpieza étnica de los judíos. Según los estándares
del campo de concentración, Jonas Noreika vivió la vida de un aristócrata en
Stutthof.
Cuando los comunistas volvieron a ocupar Lituania, lo
enjuiciaron, lo declararon culpable y lo ejecutaron con una bala en la nuca.
Tenía 36 años de edad.
¿Cuáles fueron sus motivos? ¿Por qué seguía siendo considerado como un héroe de guerra? Aquí su historia. Narrada de manera emotiva, Silvia aporta una visión sobre los horrores del holocausto a partir de la investigación y el rescate de la correspondencia que el general Storm mantenía con su mujer.
Ella
pensó que su abuelo era un héroe en su país. Su investigación la llevó a una pregunta
inquietante, ¿fue un patriota o un nazi?
Chicago
Tribune
Silvia Kučėnaitė Foti es periodista, escritora, profesora y madre. Cuenta
con estudios de maestría en periodismo, educación y escritura creativa. Es
autora de dos novelas de misterio y ha colaborado para distintas publicaciones
como el Chicago Tribune, Southtown Economist, Southwest News Herald, Crain's
Chicago Business, Chicago Parent, LA Parent, Buenos Aires Herald y Argentine
News.
Silvia Foti es una activista, además de dedicarse a la
docencia, imparte conferencias sobre el holocausto, la ocupación soviética y la
Segunda Guerra Mundial. Habla inglés, lituano y español con fluidez. Radica en
Chicago, Estados Unidos.
Si quieres leer esta historia real, puedes buscarla en https://www.gandhi.com.mx/mi-abuelo-el-general-storm-heroe-de-guerra-o-criminal-nazi
No hay comentarios.:
Publicar un comentario