El silencio que nos une de Pablo Berthely Araiza

 

¿Cuánto tiempo tiene que pasar para escribir, a la distancia, una novela sobre un periodo crucial para entender quiénes somos a partir de los recuerdos de las edades que conforman nuestra conciencia como adultos? Me refiero a la adolescencia, esa etapa fundamental de la construcción de nuestra identidad adulta.

Durante muchos años, esperé con ansías la gran novela de los ochenta. A pesar de que hubo intentos, no lograron conectar con mis recuerdos.  Y aunque había algunos años de diferencia, si logré conectar con la novela 1994, Perder y fingir, de Brenda Legorreta, que narraba la historia de unos adolescentes que vivían en la zona sur, en el Pedregal de la clase media, y que crearon un micro universo, donde además de ellos, la Ciudad de México era la gran protagonista.

En ese tenor, recibí hace una semana, la novela de Pablo Berthely Araiza, El silencio que nos une. publicada en la colección Andanzas del sello Tusquets. 

¿Y de qué va esta historia? En un condominio ubicado al sur del Distrito Federal, viven Carlos y Lucía. Desde el principio han compartido risas, juegos y secretos —incluso el hecho de que sus padres se dediquen a la política—. El año de su decimocuarto cumpleaños la amistad da un giro y una noche acuerdan verse en una casa deshabitada para dar un paso más serio en su relación, y en sus vidas. Carlos, sin embargo, se acobarda; por lo que al día siguiente su pena es mayor cuando se entera de que Lucía ha desaparecido… Inconforme con la conclusión de las autoridades, Carlos decide hacer su propia investigación, pero involucrarse en este escabroso asunto lo pondrá de cara a una realidad aún más difícil de enfrentar…

El hecho de que la familia de Carlos se dedique a la política, permite al lector, a partir de la mirada de este adolescente, protagonista principal, ser testigo de la 

corrupción, la llegada del salinismo, la lucha en Chiapas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y la firma del tratado de libre comercio. 

Con humor, el autor nos ofrece un mosaico de personajes que son el reflejo de la sociedad mexicana, con sus sueños aspiracionales y desigualdades sociales. 

Los padres de los protagonistas, que sufrieron la gran devaluación, veían con la llegada del salinismo, el origen del pensamiento neoliberal que aumentaba la distancia social y que derivó en una violencia de maltrato, exacerbando el machismo patriarcal pero que en la novela hay un tinte que nos hace identificar, no solo a quienes vivimos esas décadas, sino a los adolescentes actuales porque siempre, en esos años, cuestionamos el mundo en que nos tocó crecer.

Como bien lo dijera la escritora Ana Clavel: “Lejos del esquema patriarcal en el que no hay asomo de cuestionamiento alguno y los hijos encarnan el poder viril del macho, el autor presenta una masculinidad más reflexiva, con menos verdades absolutas y más incertidumbres de legitimación viril a priori, capaz de flexibilizar sus posturas ante el deseo y la resolución de la vida de las mujeres que lo rodean, y aceptar su derecho al goce y a la supervivencia frente a la violencia escandalosa de un país feminicida que, de un modo o de otro, termina por arrollarnos en la realidad o la conciencia”,

La portada del libro es una fotografía que refleja esa desigualdad. de la sociedad retratada en esta novela: Un manifestante, seguramente obligado a manifestarse a favor del candidato priísta por una organización campesina, sostiene una pancarta con una foto de Carlos Salinas de Gortari, atrás se aprecia el logo del Partido Revolucionario Institucional. El campesino calza huaraches. 

Así pues el promotor cultural, oriundo de Veracruz Pablo Bertheley nos ofrece una novela enmarcada en el México de los años noventa sobre el dolor que implica crecer y perder la inocencia en un país que ha visto resquebrajarse sus pretensiones de una apertura democrática, mientras se enfila peligrosamente al precipicio de la sinrazón y la barbarie.

Definitivamente, recomiendo esta novela, un gran retrato sobre los orígenes que nos han llevado al hartazgo y que hoy definen el nuevo mapa de la política nacional.

Temáticas Novela literariaNovela contemporánea

Publicación 15 ago 2023

Editorial Tusquets

ISBN 978-607-39-0473-5

Páginas 248

Pondré mi oído en la piedra hasta que hable de William Ospina

 

Imagina a los primeros exploradores que, provenientes de Europa,  llegaron a un nuevo continente. Su asombro, su incredulidad y la mirada atónica que sobrepasaba todo lo que habían leído. 

“Cómo no fascinarse con un país donde los cangrejos tenían el color de los cielos y todo era tan nuevo como si en cada momento estuviera la creación del mundo", escribió en su diario el personaje del libro que hoy quiero recomendar. 

Publicada en México por Random House, Pondré mi oído en la piedra hasta que hable es la novela del escritor colombiano William Ospina sobre Alexander von Humbuilt. 

Desde su infancia, la educación y el acceso a los pocos libros que tenían su padre y su madre en la pequeña biblioteca en donde trabajaban, en un pueblo alejado en la antigua Prusia, y que él y su hermano Wilhelm Christian devoraron con avidez para estimular una curiosidad por el mundo que descubren desde su infancia a cada momento. En esta primera etapa, vemos como su madre fomenta su curiosidad a través de la lectura, porque sabía que pronto iniciarán un viaje por ese mundo que estaba más allá de lo que les había enseñado.

Geógrafo, naturalista, humanista y astrónomo, se le considera el padre de la Geografía Moderna. Durante su vida, este especialista alemán recorrió Europa, Rusia y América, donde conoció varios virreinatos americanos.

Entre 1799 y 1804 realizó una expedición científica por el continente americano. Visitó los actuales territorios de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, México, Cuba y Estados Unidos. Durante su viaje, uno de sus principales intereses era levantar un estudio estadístico de uno de los estados más ricos del continente: la Nueva España.

Así pues, al adentrarnos en esta apasionante novela, con una curiosidad y una maestría comparables a las de su protagonista, William Ospina le sigue el rastro al Humboldt en sus travesías: “Seres así muy posiblemente marcan el fin de una época y el inicio de otra”, y Humboldt configura no solo una aventura científica sino el comienzo de una mitología que apenas adivinamos.

Para los lectores que se sumerjan en estas páginas, se encontrarán con un mosaico que recrea la Ilustración de la vieja Europa, sus conflictos políticos y la formación de los individuos de todo lo presente en la naturaleza. Un compromiso con el planeta y una reflexión sobre la conquista, observados desde una perspectiva muy actual.

A través de la pluma de Ospina, somos testigos de cómo Alexander se expuso al pasmo de las lunas y a la insolación en los desiertos de salitre, a vendavales y tormentas eléctricas, vivió aguaceros interminables bajo las enramadas de la selva, probó la electricidad de las anguilas eléctricas y succionó venenos de serpiente, estuvo a punto de ahogarse en los raudales del Orinoco y en las tormentas de Barú, cerca de la actual Cartagena, sintió el abismo desde el lomo de las mulas en los desfiladeros del Quindío, afrontó los escorpiones del Cauca, las ranas venenosas de Dagua, las noches de mosquitos del Magdalena, y no solo volvió más fuerte a Europa, sino que disfrutó por décadas de una salud tan envidiable, que hubo quien pensó que aquel baño de peligros lo había inmunizado contra la muerte

William Ospina es uno de los autores más leídos de Colombia. Cada nueva novela tiene altas cifras de venta, pero en México es un escritor poco conocido. Con esta nueva novela  biográfica dedicada a Alexander von Humboldt, los lectores acompañaremos al explorador, geógrafo y humanista alemán que protagonizó uno de los capítulos fundamentales del Romanticismo, la Ilustración y del verdadero descubrimiento de la biodiversidad de América Latina para el mundo.