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jueves, 2 de mayo de 2024

Donde me encuentro de Jhumpa Lahiri

 


Las pequeñas grandes sutilezas de la vida nos permiten apreciar la condición humana. Esa es la sensación que me dejó la escritora Jhumpa Lahiri después de leer su novela Dónde me encuentro publicada por el sello Lumpen del grupo Penguin Random House. 

De padres bengalíes, Jhumpa nació en el Reino Unido pero pasó su infancia y juventud en Estados Unidos. Esta mezcla de sitios, ancestros, lenguas y costumbres le otorga una visión global de aquél que busca encontrar su lugar en el mundo. 


En 1999 publicó el libro de relatos El interpréte del dolor que la hizo acreedora al premio Pullitzer y que, tan solo en Estados Unidos, vendió 600 mil ejemplares. 

Hace un par de años se mudó a Italia para traducir al inglés las novelas de autores italianos. Y desde su lugar de residencia, escribió esta novela, que por cierto, lo hizo en italiano. 



¿Y de qué va esta novela?

Una mujer camina por una ciudad contemplando su soledad y la de quienes la rodean. A medida que se desarrolla su día a día -de una librería a la consulta de su terapeuta o a un restaurante- se sorprende con la súplica silenciosa de una lápida en la carretera, el diálogo accidentado de un padre con su hija, el recuerdo del encuentro con la inesperada amante de su antigua pareja o la silueta de un puente al anochecer. Cuando se cruza con el novio de su amiga por la calle, las posibilidades agridulces de un amor inexplorado la llevan a interrogarse acerca de su aislamiento y libertad, y cómo ha repercutido en sus relaciones afectivas. Donde me encuentro sigue a esta mujer a través de las cuatro estaciones, dejando que cada una desvele un poco más sobre quién es mientras ella averigua qué es lo que realmente quiere.

Una novela sobre los pequeños milagros de la vida que Lahiri escribió con esa habilidad de la brevedad que en sus 134 páginas hace que cautivarnos como lectores y observadores de nuestras formas de relacionarnos con el miedo a no ser amado, a la soledad, pero también con la gratitud de existir. 

Uno de los aspectos que me atrapó fue cómo en estos 50 capítulos, los cierres de cada uno te lleva a ver tu propia existencia y te invita a reflexionar sobre el lugar que anhelas ocupar en esta experiencia que llamamos vida. 

Y como la misma autora lo explica y cito: “Elijo el italiano, elijo tener una vida aún más polifacética, elijo un triángulo en el que me encuentro a gusto. Siento mi pertenencia hacia unos pocos elementos: mi familia, mis hijos, mi marido, mis amigos, la literatura, el panteón de los escritores que más quiero. Y pertenezco al italiano. El italiano es un gran amor, forma parte de mi identidad”.

Estimada comunidad de lectores de Astillero Informa, no dejen de leer esta novela. Búsquenla en librerías. Es un bálsamo para estos tiempos que vivimos. En tres tardes, con una nieve en la tarde, les hará el fin de semana. Hasta la próxima. 

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